En días pasados tuvimos la agradable experiencia de observar la gran misericondia de nuestro Señor Jesucristo para el hombre. A continuación les vamos a compartir las fotografías tomadas el domingo 24 de febrero cuando un hombre sin techo que dormía en las calles, esclavo del vicio y del pecado pasaba frente a la iglesia, escuchó las alabanzas que se entonaban y se acercó a escuchar; un hermano lo invitó a entrar y ahí se entregó al Señor.
Unas horas después este mismo hombre tenía un cambio radical en su apariencia, lo cual podemos constatar en las imágenes a continuación. Pedimos a nuestros queridos hermanos que oremos a favor de este hombre para que la obra que Dios comenzó en su vida siga perfeccionándose y veamos un nuevo hombre como dice la palabra de Dios 2 Corintios 5:17